martes, 19 de julio de 2011

Al "Negro"

Hace días que me levanto pensándolo y recordándolo.
Mañana, 20 de Julio, es el día del amigo. El telediario hace cuatro años que no pasa el informe sobre él y sus amigos reunidos en el bar “La Sede” o “El Cairo”. Ya no muestran su sonrisa amplia ni sus ojos verdosos y llenos de alegría. Hace cuatro años que “Mendieta” apareció en su cuadrito solito y llorando, y su amigo “Yo, Matías” piantándole un lagrimón por sus mejillas despidiéndose de un eterno amigo.
Tal vez no muchos lo habrán leído, pero estoy segura que la mayoría lo conoce.  “Boogie el aceitoso”, “Inodoro Pereyra”, cuentos como “Maestras Argentinas”, dibujos como los de “Martín Fierro”, su amor y pasión por el equipo de fútbol que él tanto quería, y congresos varios. Como aquél congreso de la Lengua que él junto a los señores trajeados dijo con total claridad que a él le gustaba una palabra en particular, que no era lo mismo decir tonto que PELOTUDO. Y explicó que lo que le daba firmeza a la palabra era la consonante lateral L (ele). Coincido en su gusto, pero para mí lo que me gusta de esa palabra es la tríada consonántica: la oclusiva bilabial P (pe), la oclusiva dental T (te) y la oclusiva dental D (de). La vocal abierta O hace que termines la palabra con la boca abierta y liberándolo todo. Es realmente magnífico, es una palabra que en lo particular me fascina. No solo por su sonoridad sino por la liviandad que le deja a uno decirla.
Extraño verlo con sus amados colores, en su mesa dibujando, el informe con sus familiares y amigos hablando de lo bueno que era el Negro.  Sus ocurrencias a la hora de responder cualquier tipo de pregunta. 
Cuando vi el video que publicaré a continuación, me surgió la curiosidad por saber qué o cuáles son las puteadas que más dice o que más le gusta a la gente.  No estoy en contra de ellas, estoy en contra cuando son mal utilizadas (ya sea por desconocimiento del significado de la misma o por el contexto en que sea usada).
En Argentina las más escuchadas son: pelotudo (obviamente), boludo e hijo de puta.  Creo que en Puerto Rico es “pendejo” y en España: so payaso, gilipollas y todo lo que tenga que ver con polla.
¿Cuál usarás?
Quiero agradecerle al Negro Fontanarrosa por su ingenio, su labor y dedicación. Por haber hecho que me acercara aún más a la literatura en todas sus formas.
Hoy, 19 de Julio, hizo cuatro años del fallecimiento de Roberto Fontanarrosa, “El Negro”.
Y hoy hace cuatro años que lo extrañamos.
Primera parte (dura poquito y vale la pena)
Segunda parte (dura poquito y vale la pena)
http://www.youtube.com/watch?v=J_KpLnsq9A8

miércoles, 13 de julio de 2011

Utsukushisa to Kanashimi to

El tren se detuvo entre Flores y Caballito.
Por lo general las personas se enojan, vociferan groserías y se ofuscan por el hecho. Sin embargo, ella agradeció aquel detenimiento y se acomodó en su asiento, abrió su bolso y siguió leyendo la novela que había empezado tiempito atrás. Estaba ansiosa por saber lo que había pasado con Otoko, Oki Toshio y Keiko. Llegando casi al final, faltando algunas hojas por saborear ella detuvo la lectura y se dedicó a contemplar cómo los rayos de sol bañaban los árboles dándoles un esplendor magnífico. Las hojas casi amarillentas de los árboles que se ubicaban en  las calles convertían el paisaje hostil y rutinario en algo completamente maravilloso y lleno de vida. Se preguntó si alguien más que ella podía dar cuenta de tan bello cuadro, pensaba que si todos al menos por un instante podían ver  lo que sus ojos veían llenarían su vida de aire fresco, renovado, llenándose de vida.
¿Y por qué, por qué sentía o tenía la necesidad de ver y sentir la naturaleza justo ahora? ¿Por qué ahora y no antes,por qué si no era la primera vez que se detenía el tren mientras ella viajaba? La respuesta la tenía entre sus manos: Yasunari Kawabata, el (y todos los adjetivos calificativos positivos que el lector desee) escritor japonés que había entrado en su vida y se había instalado en su memoria como un recuerdo de la infancia, como algo cálido y reconfortante de recordar. 
Terminó de leer la novela antes de que el tren llegara a destino. Caminó entre las personas feliz, sonriente como sabiendo el secreto de la vida, como si tuviera el alma llena. Es que haber leído Utsukushisa to Kanashimi to (Lo bello y lo triste) es como haber viajado a Japón en lo que dura el viaje en tren de Flores a Caballito.
La excelencia, la calidad de los paisajes, el amor, la crueldad, la venganza, el pensamiento femenino y su psicología, la capacidad de describir lo antiguo y tradicional junto con lo más moderno, la capacidad de encontrar y describir lo más doloroso y triste junto con la escena más estéticamente bella, eso y más nos ha dejado Yasunari Kawabata, un escritor que sin ninguna duda ha marcado la vida de esta pasajera…y la mía, claro.
“No podía decir por qué aquellas lomadas verdes, tan poco vistosas, habían llegado tanto a su corazón, cuando a lo largo de las vías férreas había montañas, lagos, el mar…y a veces hasta nubes de tonalidades caprichosas. Pero quizás fuera su melancólico verde y sus melancólicas sombras crepusculares de las hondonadas que las separaban, lo que había provocado su dolor.”